Las especiales características técnicas del Cine Imax del Port Vell, han transmitido a su arquitectura los aspectos físicos más singulares: su gran volumen y sus amplias dimensiones, atributos que marcan su presencia exterior.

De la propia naturaleza del espectáculo que se produce, se derivan también otras características no menos importantes por la definición de su arquitectura: tiene un programa orgánico compacto, con una ubicación de los espectadores muy definida dentro de un volumen opaco, cerrado y fuertemente aislado.

El carácter novedoso y experimental de este sistema de proyección cinematográfico en comparación con el habitual es que en nuestras pantallas no se precisa de la imagen pública simbólica o representativa, que acompaña a un gran Teatro o Auditorio. Así, el Cine Imax del Port Vell es una construcción muy precisa funcionalmente, atenta a su ubicación singular, pero de apariencia arquitectónica abstracta y neutra.

Las instalaciones similares que hay en los EE.UU. y Europa, principalmente cuando se instalan en parques temáticos, suelen desarrollar una imagen figurativa y fantástica evocada del mundo de la tecnología aero-espacial, con  estructuras constructivas que aparentan desafiar las leyes de la estática y de la gravedad, o que imitan complejas formaciones naturales cristalográficas a escala "pop-art".

Nuestra propuesta de Imax se aleja de estas formalizaciones efímeras propias de los parques de atracciones y en cambio se propone una construcción seria tecnológica y funcionalmente, y experimentalmente respetuosa con el entorno urbano y portuario que lo acoge.

El  edificio del Imax emerge en el centro del Port Vell, en una área destinada a usos de ocio y comerciales, rodeada de agua y bastante aislada del frente edificado más próximo a la ciudad. Esta situación bien singular nos hizo orientar formalmente el proyecto hacia un modelo arquitectónico más pertinente a un paisaje portuario y por tanto más fácilmente integrable a este medio que otro modelo más propio de una aglomeración urbana.

Con esta intención se proyectó el gran volumen del Imax, con la más alta claridad tipologica derivada de su específico programa y actividad, se "vistió" con un envoltorio metálico ligero de color blanco, con una disposición muy ordenada, y finalmente se modeló el conjunto de sus planos arquitectónicos con un cierto "dinamismo". Queríamos que la visión del Imax evocase más un barco que una construcción convencional.