Es raro encontrar en el centro de la ciudad un espacio disponible del tamaño de Sainte Marguerite. Es bueno aprovechar la ocasión para proyectar en el centro de Tours una oferta urbana y arquitectónica de carácter diferenciado.

La manzana de Sainte Marguerite contiene en su interior una fuerte carga de verde.

El conjunto debe ser permeable para permitir la buena relación tanto visual como de uso, entre el interior de la manzana y las calles que la rodean. En consecuencia se proponen volúmenes independientes que además de asegurar la permeabilidad hacen más fácil la fragmentación del conjunto en diferentes fases y con la presencia de sucesivos promotores.

Sin embargo, aunque cada volumen pueda existir con comodidad como pieza individual, la suma de los 3 volúmenes principales ofrece una imagen unitaria comprensiva y atractiva.

La diferencia clara substancial de nivel entre el terreno natural del solar y las calles que lo limitan nos permite establecer dos niveles uniformes con los automóviles en el nivel inferior y los peatones en alto a nivel de las calles.